Pages

Friday, May 15, 2009

A contraluz
La tarde era gris y sin embargo, la amenaza de la lluvia era lo último que me preocupaba, vi tu mano que se ajitaba en el viento y supe donde estabas.
Eramos dos perfectos desconocidos que creaímamos saber todo de nosotros, eramos dos amigos que nunca se conocierón.
Escuché tu sonrisa e inundó mi alma, no te había imaginado así, no te había visto así en mis sueños, pero eras justo lo que hubiera deseado.
Las avenidas se asfixiaban de lentos coches que parecían no querer llegar a sus destinos, mientras yo oía tu voz de niña incredula, y todo era fácil de entender ya, todo siendo peligrosamente bello.
¿Que pasaría conmigo ahora, que sería de mi si todo cambiara a partir de hoy? yo que pude sobrevirir hasta ayer, gozando de una vida imperfecta.
Pensé en los regalos que la vida nos deja en medio de la nada, y de como hay que disfrutar del olor de las flores mientras llega alguien a cortarlas.
Me vi sentado a tu lado, eran sólo unos centímetros que nos separaban, pero para mi fuerón kilometros cuando buscaba el momento de abrazarte, y tu voz seguía irrumpiendo en mis fantasías y a veces me traía a la realidad.
Te vi de pie junto a la ventana que era la única fuente de luz en aquella noche de mágia inesperada, todo era frescura en mitad del infierno canicular, el espacio mínimo, el lugar sagrado e íntimo era una burbuja que nos aislaba del mundo sus guerras y sus pestes, y tu de frente a mi, tan ausente y desconfiada, tan bella y tan dispuesta, no tuve mas remedio que besarte, mientras tu seguias jugando a la mujer fatal, y sólo las orillas de nuestros rostros se pintaban de luz, dibujando en mis futuros recuerdos el instante en que tocaba el cielo con mis manos, las mismas manos que recorrieron tus caderas y liberaron tu sostén.
"Te tienes que ir ya" -me dijiste de manera imperativa-, mientras señalabas la salida, y nos miramos a los ojos, eramos dos personas en una habitación haciendo lo mismo pero quizas pensando diferente, una confundida y la otra enamorada, un alma atormentada y otra alma apasionada.
Me retiré de aquel paraíso momentáneo, de mi pequeño rincón de la felicidad, de los minutos que me hicierón creer que todo era posible, y despues, despues solo un beso, un beso para llevar camino a casa, dormir acompañado de lo vivido ese día y soñar, soñar otra vez.

2 comments:

Anonymous said...

Me dijo que me recordaría siempre… yo en ese momento quise creerle.
Cuando vio mis ojos por primera vez, me dijo:
_“No me pongas las luces altas…que me deslumbras”
Desde ese momento sentí que no podía dejar de verlo, como cuando miras hacia el sol y aunque cierres los ojos sigues viéndolo.
Le dije que no quería saber nada de EL y guarde mi corazón bajo llave, a salvo de cualquier peligro.
Siempre pensé que lo conocí a destiempo… aun así, no dudo
en enamorarme a pesar de mi mala ortografía.
Nunca dijo mi nombre, preferías no pronunciarlo para no encariñarse
Y entonces fui "su niña”…
El no contaba nada…yo no preguntaba nada
Como en esa película "El último tango en Paris…"
“En ésta casa no hay nadie…tu no tienes nombre…yo no tengo nombre…tu y yo nos encontramos aquí…venimos a olvidar todo… es bueno no saber nada el uno del otro..”

Éramos dos seres tan diferentes que aquello parecía una utopía imposible que nos iba aislando del mundo.
Me hacia gracia esa manera suya de repetir los diálogos de las películas, como el día que me dijo:
_Viste mecánica nacional?
y se puso a imitar a los personajes.Y nos reíamos tanto...
Yo hacia bocetos de su rostro en servilletas de papel mientras el me ponía canciones de Herb Alpert.

Hay ciudades que tienen magia y que pueden resultar inolvidables si las asocias con algún recuerdo. Es inevitable recordar su perfume cuando veo en mi mente esa callecita de Madrid repleta de tabernas y mesones " La cava Baja" donde me beso por primera vez.
Cómo podía yo sospechar que aquello que parecía mentira era verdadero? y yo quería detener el tiempo porque al final solo teníamos eso… ese momento y daba tanto miedo….

Le gustaba empezar el día conmigo, escuchando música: Django Reinhart y Stephane Grappelli –
Yo tenía la sensación de que el tiempo que pasábamos juntos no tenía nada que ver con el resto de mi vida.
_ Esto es un AMOR FOU niña – me dijo un día y yo me preguntaba donde estaba el límite entre la realidad y la imaginación.

Me gustaba imaginarlo como un minotauro que me devoraba entera, me despertaba admiración y miedo. De alguna forma yo le daba vida, pero me dejaba tras haber saciado su hambre,
Era dominante, arrogante y seductor…
-Eres algo que ha sucedido en mi vida demasiado bonito para ser cierto.No eres real niña- Me decía y evocaba a Lupercio Leonardo de Argensola:
“Y ese cielo que veis/ni es cielo, ni es azul/lastima grande/ que no sea verdad, tanta belleza”…

Si..que lástima.
Isa

about me said...

lindo!