Devastado por el evidente deterioro físico, con las fuerzas mermadas por la enfermedad, consiente pues de mi vulnerabilidad a los caprichos del entorno, soy una particula de ceniza.
Me alimento y bebo de mi propia muerte, salgo a pasear con mi destino en hombros
y respiro atravez de una falsa promesa.
¿Quien dijo que somos especiales?, el alma tiene obscuridad que añora la luz,
y somos cegados cuando nos enfrentamos a la verdad.
Sigue sonriendo, pues estas de pie.
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